De vuelta al Estado, Iglesia, familia.

En los inicios de la democracia, y estando en la preparación de la Constitución Española, se produce una anécdota entre José María Ruiz Gallardón [padre del ministro] y Gregorio Pece-Barbas, cuando estaban en la discusión de la Carta Magna: Le dice Pece-Barbas a José María, mira que eres conservador, este   se puso a reír, y le contesto, pues conservador, conservador el que viene por ahí, era su hijo Alberto.

No podemos olvidar que Alberto Ruiz-Gallardón entra en AP de la mano de Manuel Fraga, que no era precisamente liberal, en el buen sentido de la palabra.

La soflama que ha presentado contra la actual Ley de interrupción del embarazo, en cuanto a su  aspecto en los plazos, nos deja su concepto de la vida, queriendo que este país vuelva a: Estado, Iglesia y familia, como elemento en lo universal. Y seguir siendo la reserva espiritual de occidente, retrocediendo de la mano de Rouco a la evangelización.

Decir que hay una violencia estructural que presiona para abortar, es cuando menos de un cinismo indecente, viniendo de él, como miembro de un partido que sostienen gobiernos que están desmantelando las casas de ayudas a las mujeres solteras, o maltratadas. Ejemplo esa vergüenza de mujer que es Cospedal, los primeros recortes sociales los empezó por este sector. Como puede decir, Ruiz-Gallardón que; ¨piensa en el miedo por perder el puesto de trabajo por un embarazo¨ quedándose tan pancho, cuando estaba votando una agresión en toda regla contra los trabajadores y las trabajadoras, donde la protección al derecho de tener hijo, y que se le respecte su puesto de trabajo, ha quedado derogado. Utilizando argumentos contrarios para los objetivos que se persiguen.

Cuando obtuvieron el poder, en la legislaturas que capitaneo Aznar, tenían la estrategia de no meter miedo, y de esa forma los cuatro años primeros, no apretaron muchos las clavijas ideológica, pero en su segunda legislatura empezaron a quitársela y llegaron al cénit con la guerra de Irak. Como quiera que estos movimientos lo hicieran  a final de su mandato, quedo interrumpido todo su plan neoconservador, apuntando ya maneras en los aspectos eclesiásticos con una lluvia fina que intenta impregnar todas las costumbres sociales.

Por ello Ruiz-Gallardón no pierde el tiempo, por si sólo dura una legislatura,  y ahora lo tenemos convertido en el baluarte del fundamentalismo eclesiástico, imputando, criminalizando a todos aquellos que no piensen y actúen como la jerarquía de la iglesia desea. El armazón ideológico del proyecto de este gobierno lo están modulando él, y el ministro Wert, los bullicios que se están congregando, no son casuales, forma parte de su estrategia de la teoría del caos, para resolverlo a favor de sus tesis ultraconservadoras. Codician tenerlo todo legislado, y bien atado, antes de que se vislumbrara una salida de la crisis, para que estos temas no pasen al primer plano. Saben que cuando el estómago está vacío, el pensamiento es débil.

Por ello, en nombre de una incierta creación de puesto de trabajo, todo vale, todo está permitido, incluso la gobernanza  con las formas de las dictadura; todo a base de decretos leyes, que soslayan las actuales, que consagra nuestra Carta Magna,  que fue el resultado de un dialogo constante entre todas las fuerzas políticas y sociales.

No es de extrañar, esta forma de actuar, si tenemos en cuenta su falta de compromiso con nuestra Constitución, pues hoy los que administran nuestro país, en su mayoría, se abstuvieron o votaron en contra; Coalición Popular, se abstuvo, y Aznar voto en contra.

Su amor por la Constitución, está en la medida que ellos puedan beneficiarse, y no en el bien común.  Se cambiará, todo aquello que vaya contra sus intereses, como representante de los poderosos y de la Conferencia Episcopal.

Ruiz-Gallardo, el ¨progresista populista¨, ha comprendido que tiene que ser más papista que el Papa, si quiere que el ala dura,  que tiene la mayoría dentro de su partido, le dé el plácet, para poder estar en la carrera de candidato a la presidencia del gobierno. Le importa un pito, las mujeres maltratadas, la violencia de género, la píldora del día después, que tengamos un cúmulo de embarazos no deseados, que al día siguiente nadie se acuerde de estas mujeres o niños.

En síntesis, están decretando contra la libertad individual, que tanto hablan, para defender sus premisas. Pero cuando se emplea esta libertad en lo que ellos entienden que van contra sus principios, se le niega a los demás.

Vendrán más agresión contra la Constitución; en el dictado de la libertad de mercado, de la libertad de enseñanza, de la libertad de elegir hospital, pero esa libertad sólo la podrán ejercer unos pocos.